Entrevista a Harry Larry Warren III

Ya sé que hemos tardado demasiado, que desde que empezamos nuestra andadura nos estáis casi exigiendo que por fin publiquemos una entrevista con Harry Larry Warren III. Desde que empezó a rumorearse que estaba en nuestro grupo de desarrollo, han corrido ríos de tinta. El famosísimo fabricante de dolores de cabeza y sartador en corchonetas de sartar que está detrás de todos los juegos del grupo por fin se atreve a salir a la palestra.

MojonTwins: Díganos, señor Warren III, ¿Qué se siente siendo el mono más querido de la jaula?

Harry Larry Warren III: Digamos que no se siente nada, porque uno es un profesional y se mueve por los logros personales, y no por su grado de implicación emocional con otros especímenes.

MT: Usted trabajó para Cuétara en su juventud. Díganos, pues, ¿De coco, de nata, o de lemon?

HLW3: Demecao, por supuesto.

MT: Por supuesto.

HLW3: Es que el demecao era el que estaba más bueno. Todos conocemos las propiedades del demecao. Yo tengo hasta la camiseta del anuncio, la que llevaba aquel chaval.

MT: Fue todo un detalle que te la regalara.

HLW3: Pues sí. Recuerdo que fue un momento muy emotivo. La estación, toda aquella niebla, el vapor silbando en las locomotoras, Nancy con su vestido de tafetán y aquellos ojos tristes… Corrí por todo el andén gritando su nombre, pero no me oyó, ya que era sorda. Para consolarme, el chico del anuncio me regaló la camiseta. Aún la guardo, la tengo en una caja con un dibujo de unos ángeles. ¡Qué tiempos!

MT: ¿Cómo es tu día a día en Mojonia?

HLW3: Desde que soy ciudadano legal, mejor. Pero antes era un incordio. Siempre que doblabas una esquina se volvía a poner derecha. No había reglas, era todo un caos. Pero es darte el carné de Mojono y a partir de entonces todo cambia.

MT: ¿En qué sentido?

HLW3: En las palizas. Ahora son con kétchup. Queda genial, porque las cámaras son betacams pero de las originales, de esas de principios de los ochenta. Los colores saturan raro y todo ese kétchup volando por la habitación mientras te muelen a palos es genial.

MT: ¿Y los juegos? ¿Cómo se le ocurren?

HTL3: Le diré mi secreto: alcohol y la colección en DVD de el Equipo A. Te pones ciego viendo el Equipo A y se te ocurre todo tipo de ideas. Es un poco como el Equipo A. Dales un garaje con cinta americana y un soldador y ¡témelos! Pues es algo parecido. Al día siguiente te despiertas y apuntas lo primero que se te ocurra. Luego eso se lo pasas al departamento creativo. Esos muchachos son excelentes. El orgullo de la patria. Son como el Equipo A.

MT: ¿Era usted más de Hannibal o de M.A.?

HTL3: Yo siempre me pedía Murdock, aunque a veces era Fénix. Me gustaba eso de conseguir cosas inverosímiles en sitios inverosímiles.

MT: En realidad va mucho con su personalidad.

HTL3: Sí, una vez conseguí un curro hinchable de tamaño humano en un almacén de ultramarinos en Venecia. Increíble, salí hasta en los periódicos.

MT: Volvamos a los videojuegos.

HTL3: ¡No, por favor, me costó horrores escapar del Donkey Kong!

MT: Me refiero a que volvamos a hablar de los videojuegos.

HTL3: Vale. Pues eso, mi trabajo aquí consiste en inventarme los juegos. Luego paso mis ideas al departamento creativo, y luego se mete todo en la máquina de fabricar cosas, que saca una pasta verde que huele como a apio peinado que tira para atrás. Esa pasta verde se tira, porque es una porquería, y entonces los programadores y grafistas hacen su trabajo. Y lo hacen bastante bien.

MT: ¿Se han convertido ustedes en un desarrollador en exclusiva para Spectrum?

HTL3: No. Lo que pasa es que este año está siendo horrible. El desarrollo para otras máquinas continuará en breve. En Spectrum es que es todo como más fácil y entrañable.

MT: ¿Qué come la churrera?

HTL3: Niños.

MT:  ¿Tiene miedo?

HTL3: Nunca tengo miedo. Hago lo posible por ahorrar, pero llega fin de mes y no me queda nada de miedo.

MT: Bueno, le dejo volver a su trabajo. Muchas gracias por atendernos y hasta más ver.

HTL3: Antes de irme, déjeme decirle que como poco coco como, poco coco compro. Que sea usted muy feliz y eso, sé que llegará usted a ser alguien. Le he visto sartar en la corchoneta de sartar y me ha impresionado. No sé, he visto un brillo especial en su mirada. Como el Equipo A.